El amor del Padre Providente que nos es ofrecido a las
Hermanas Salesianas en el Corazón de Cristo abierto en brazos de la Cruz y
vivido con la Virgen María, es hecho presente por nosotras:
• Entre los niños, jóvenes y adultos, especialmente
pobres
- A través de la educación en la fe como fin especial y de la promoción humana y social
• Entre las gentes más necesitadas: pobres, ancianos, enfermos y alejados de Dios, prestando una especial atención a la población rural. Esto lo realizamos:
- A través de nuestra presencia consagrada y activa junto a ellos procurándoles un bienestar físico y humano y buscando siempre para ellos el bien espiritual y la salvación eterna de sus almas.
- A través de la educación en la fe como fin especial y de la promoción humana y social
• Entre las gentes más necesitadas: pobres, ancianos, enfermos y alejados de Dios, prestando una especial atención a la población rural. Esto lo realizamos:
- A través de nuestra presencia consagrada y activa junto a ellos procurándoles un bienestar físico y humano y buscando siempre para ellos el bien espiritual y la salvación eterna de sus almas.
Los destinatarios de nuestra misión son todos los hombres,
preferentemente los pobres. Entendemos por pobres:
• no sólo los que carecen de bienes económicos, sino
los pobres en la fe, en la moral y en lo más elemental de la cultura
• los marginados de la sociedad
• los disminuidos física o psíquicamente
• los disminuidos física o psíquicamente
Esta misión congregacional la estamos llevando a cabo en:
• colegios
• centros infantiles
• residencias de ancianos
• centros sanitarios
• centros de formación profesional
• grupos de promoción humana
• centros catequéticos y juveniles
• parroquias
• hogares donde la pobreza, la enfermedad o el sufrimiento moral o físico, reclamen nuestra presencia
• misiones
• centros infantiles
• residencias de ancianos
• centros sanitarios
• centros de formación profesional
• grupos de promoción humana
• centros catequéticos y juveniles
• parroquias
• hogares donde la pobreza, la enfermedad o el sufrimiento moral o físico, reclamen nuestra presencia
• misiones